En estos días encontramos como la tecnología lo ha invadido todo y ha cambiado nuestra forma de comunicarnos y relacionarnos. Ese "dispositivo" que nos acompaña a todos los lados y se podría considerar como una extensión más de nuestro cuerpo se ha hecho cada vez más imprescindible en nuestras vidas.
Diariamente lo primero que hacemos al despertar es mirar nuestro smartphone en busca de nuevas notificaciones, correos, nuevos tweets o respuestas a temas que sigues en redes,... y lo mismo ocurre cuando es hora de descansar e irse a la cama; antes de desconectar siempre echamos un último vistazo a nuestro dispositivo.
Este apego que le tenemos a esta nueva forma de relacionarnos ha comenzado a condicionar también la forma de comunicarse en los centros educativos, es decir, ya no es suficiente con el típico comunicado en papel que se mandaba a las familias para notificar cualquier actividad, evento o notificación, ya que muchas veces esa información nunca llegaba a su destino (se perdía, se rompía, se olvidaba en clase,...).
Ahora manda la tecnología y ese tipo de notificaciones llegan directamente a las personas afectadas nada más ser publicadas, o bien en redes sociales, o a través de la mensajería instantánea.
Así pues, la figura de un Community Manager en un centro educativo se hace cada vez más necesaria, ya que será el enlace entre el propio centro y el resto de la comunidad educativa, ya sean los familiares de los propios alumnos, como otros centros educativos de la zona.
A través de esta figura conseguiremos que nuestro centro se abra al mundo, que conozcan cómo se trabaja allí, sus proyectos, sus necesidades, las actividades que se lleven a cabo,... y conseguir también esa interactividad tan necesaria entre el exterior y el interior de un centro educativo.
Normalmente, esa figura cae sobre el Coordinador TIC, ya sea por su mayor conocimiento de las TIC, de las redes sociales o de cómo utilizar de manera adecuada la mensajería instantánea y diferentes aplicaciones de comunicación. Pero muchas veces ese docente se encuentra "superado" y no puede llegar a afrontar tanto trabajo (docente, técnico informático, administrador de la página web del centro, difundir actividades a través de las redes sociales,...) y no acaba de realizar ninguna de sus funciones como realmente deseaba.
Como me veo reflejada ante esta reflexión, en mi centro se ha optado por repartir las tareas y en lugar de encargarse una persona de llevarlo todo, se ha creado un pequeño grupo donde nos coordinamos y cada uno lleva una parte de la difusión y la comunicación a través de las diferentes plataformas que utilizamos para informar y comunicar a las familias todo lo que en el centro se realiza.
Ante ello, creo que es muy necesario contar con esa figura en el centro educativo, pero, o bien, debería crearse un puesto específico para ello (quien sabe si en un futuro), o bien liberar de horas de docencia al responsable elegido y dedicarlas a su nueva función.
En esta infografia os dejo las principales cualidades que ha de tener un Community Manager Educativo.